Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


MATERIALES

"Decálogo del perfecto cuentista", por Horacio Quiroga

Se puede leer aquí

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Para el primer aniversario de IDEA NUEVA - (Antonio Machado)

El aniversario de la fundación de un periódico, debe celebrarse por cuantos sientan amor a la letra impresa. Bien hacen Vdes. señores redactores de IDEA NUEVA, en consagrar un número extraordinario al fausto día en que cumple un año esa publicación. Sí, la aparición de un periódico en una pequeña ciudad que carecía de prensa propia, es acontecimiento de mucha más trascendencia que la visita de un personaje o la fiesta onomástica de un cacique.
Desde hace algunos años, se acostumbra en España a hablar mal de la Prensa. Yo no me he sumado nunca a los maldicientes. Estoy plenamente convencido de que, en nuestra patria, es el periódico el único órgano serio de cultura popular. La Prensa contribuye a crear la vida ciudadana, es un reflejo, acaso el más fiel, de la conciencia colectiva. Sin la Prensa, dada la constitución de las modernas sociedades, nuestra vida languidecería en un privatismo torpe, inmoral, egoísta. La ignorancia de cuanto atañe al interés de todos, consecuencia inmediata de la falta de Prensa, disolvería pronto a las naciones en cabilas, las ciudades en tribus. Sólo los partidarios más o menos conscientes, más o menos embozados, de un retroceso a la barbarie pueden ser enemigos del periódico.
En los pueblos donde más abundan los centros de enseñanza, las bibliotecas públicas y circulantes, donde los libros se venden por millares, es decir, en aquellos pueblos donde el periódico, la hoja diaria y volante, cumple una misión secundaria desde el punto de vista cultural, es, no obstante, amado y respetado el periódico. En nuestra España donde nadie lee un libro, donde las instituciones decentes distan mucho de ser focos de potente irradiación espiritual, no faltan malsines de la prensa periódica, gentes que reciban toda nueva publicación de esta índole como a huésped importuno, como a intruso fisgoneador que viene a fiscalizar, a molestar, a sacar, tal vez, a la luz de la calle, los trapos sucios de la casa. Ni falta quien invoque la alta cultura, la instrucción superior, para desdeñar la modesta labor del periodista. Es esta una forma vanidosa que adoptan los espíritus beocios para disfrazar su odio a la letra de molde. Los hombres consagrados a los estudios más hondos y a las más graves disciplinas del saber son, por lo regular, grandes lectores de periódicos, no desdeñan la hoja volante que recoge la palpitación del día. Pero abundan los fariseos de la cultura que se jactan de no leer periódicos, dándonos a entender que, consagrados a la ciencia, no tienen lugar para lecturas superfluas. Desconfiad de ellos; suelen ser hombres a quienes estorba lo negro. El peor de los analfabetismos, no es ciertamente, el del siervo de la gleba, encorvado sobre el terruño de sol a sol para ganar el sustento; hay un analfabetismo con birrete y borlas de doctor infinitamente más lamentable.
Admiremos la gran Prensa, esos portentosos rotativos que nos aportan diariamente noticias de todos los rincones del planeta, pero amemos también y respetemos a estos modestos periódicos provincianos que cumplen humildemente y, a veces, a costa de grandes sacrificios, una misión santa: la de velar por los intereses comunes a cuantos vivimos, apartados de las grandes urbes, por estos rincones de la patria española.
En esta bella ciudad, entre moruna y manchega, en cuyas piedras venerables se lee un pasado glorioso, en esta noble Baeza, de vieja tradición intelectual, hacía falta un periódico, y Vdes., mis queridos amigos, han sabido crearlo.
Mi más cordial enhorabuena en este aniversario y, con ella, la expresión de mi gratitud y de mi simpatía.
Antonio Machado

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MANUAL DE DEONTOLOGÍA Y BUENAS PRÁCTICAS


1. La búsqueda de la verdad es nuestro objetivo. No repararemos en esfuerzos y gastos para acercarnos lo máximo posible a ella.

2. Más vale no publicar una historia o posponerla el tiempo que sea necesario hasta dar con las fuentes contrastadas que permitan su publicación con el menor riesgo de error.

3. Es obligatorio citar el origen de una información, sobre todo si aparece en un medio de la competencia, digital, escrito, radiado, etcétera.

3. El respecto a la inteligencia del lector y el estímulo de su curiosidad presidirán nuestra forma de trabajar.

4. Buscar la elegancia y la excelencia y evitar la difamación, el insulto, el chascarrillo, la gracieta y la arbitrariedad han de ser normas de uso.

5. No se aceptará la menor intromisión por parte de accionistas /partícipes ni anunciantes en la línea editorial de fronterad.com.

6. Se prohíbe expresamente aceptar regalos o invitaciones de cualquier tipo por empresas, instituciones o particulares. Cualquier duda al respecto debe someterse a la dirección de la revista. fronterad.com cubrirá con sus propios medios y recursos aquellos asuntos que considere que pueden interesar a sus lectores.


6. Cuando se emitan acusaciones contra alguien hay que darle la oportunidad de contestar a las alegaciones e incluir su versión en el artículo o reportaje.


7. Los redactores deben advertir a las fuentes de que podrán ser contactadas de nuevo por el departamento de verificación de datos de fonterad.com para comprobar que han sido efectivamente contactadas y que sus declaraciones o comentarios han sido fidedignamente recogidos.

 


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HOJA DE ESTILO DE LA REVISTA DIGITAL FronteraD

Instrucciones para todos los miembros y colaboradores

1. Siempre piensa en el lector. No se escribe para que se luzca el escritor sino para informar y entretener al lector. Es más: sólo va a lucirse el escritor cuando su texto sea claro y ameno. ¿Quién es el lector? Puede ser un lector especializado, pero lo ideal sería llegar al mayor número de lectores posible. Mejor dicho: casi cualquier tema, por esotérico que sea, puede interesar a cualquier lector medianamente inteligente con tal de que el escritor tenga tres cualidades: conocer su materia, ser entusiasta y saber contar. Escoge temas interesantes y desarrollarlos de manera clara y directa. Olvida el estilo. El estilo sólo aparecerá después: no se puede cultivar ni fingir.

2. Antes de escribir, piensa. Organiza tus ideas, a veces con un pequeño boceto. ¿Cómo organizar tus ideas? Cada artículo es diferente. Muchas veces hay que darle al lector el sentido de que está avanzando: que tu artículo tiene un comienzo, un medio y un final. A veces es conveniente organizar el artículo por ideas: no cuentes lo que opina cada entrevistado, sino utiliza varias opiniones para apoyar ciertos puntos de vista. O querrás dejarle al lector con una impresión, aunque él no recuerde todos los datos o cifras. El tiempo que empleas en pensar y organizar lo ganarás de sobra en el momento de escribir.

3. Engancha al lector. Lo más importante es el arranque: quieres enganchar al lector de la forma más amena y llamativa. Este primer párrafo (o párrafos) puede ser una anécdota, un dato histórico, una provocativa interrogación, la descripción de una escena o ambiente, el retrato de una determinada persona, etcétera. Cuidado: raras veces el inicio será una cita directa o un resumen del artículo, a pesar de lo que vemos todos los días: la cita directa o el resumen son muchas veces el recurso de un escritor que no ha tomado la molestia de ingeniar un comienzo de verdad.

4. No le sueltes. En el resto del artículo, vas a llevar al lector paso a paso y de la manera más amena posible. Puedes incluir otras anécdotas, estadística, humor, observaciones personales... cualquier cosa para desarrollar el tema sin que decaiga el interés. ¿Un entrevistado tiene una forma de expresarse especialmente elocuente? Pues incluye muchas citas directas. Procura que el lector se diga continuamente, "¿Y entonces qué pasó?". (Hay periodistas que cuentan una historia especializada de economía, algo aparentemente aburrido, y sin embargo la lees como si fuera una apasionante historia de detectives.) Muchas veces la escritura consiste en levantar en el lector expectativas que luego se satisfacen. Es útil establecer un tono, una voz que le inspira confianza; de ahí la importancia de leerte lo que has escrito en voz baja.
Cuidado: si ves que tu boceto inicial no funciona, cámbialo.

5. Termina de forma brillante. Tras el arranque, el párrafo más importante es el último. Puedes meter otra anécdota o hablar del futuro o referirte al inicio para así redondear la faena.

6. Cuida la técnica. Todo oficio tiene su técnica, aunque debería pasar inadvertida. En esto de escribir, la regla de oro es sujeto, verbo, predicado. Las palabras normales y corrientes son mejores que las largas y pretenciosas. Huye del polisílabo y de los palabros que repiten como loros políticos, locutores y tertulianos. Si basta una palabra, ¿para qué usar tres? Si bien no se puede fijar una extensión ideal, normalmente las frases cortas se entienden con mayor facilidad que las largas. Hay más fuerza al final de una frase que al principio. Para no ser monótono, intenta variar la extensión de las frases y de los párrafos. En un buen párrafo, las frases se suceden con fluidez, con una lógica inexorable. Sin que haya rigidez, cada párrafo debe de desarrollar una idea, y las frases en ese párrafo han de apoyar esa idea. Son importantes las transiciones entre párrafo y párrafo. Recuerda: queremos allanar barreras al lector, no construirlas.

7. Cuida la revisión. Tras la fase de investigación y organización, es posible escribir un reportaje o ensayo en un par de horas. Sin embargo, el buen escritor está otras tres o cuatro con la revisión. Este obsesivo proceso de limar es fundamental: ten por seguro que si tú mismo encuentras una frase algo farragosa o imprecisa, al lector le va a sentar como una piedra en el ojo. También procura eliminar todo párrafo, frase o dato que sobra (lo bueno, cuando breve, etcétera). Luego, si dispones de más tiempo todavía, conviene dejar el artículo una semana para poder leerlo de nuevo: aparecerán defectos que no habías visto antes. Procura enseñar el artículo a varias personas para que den su opinión. Si concuerdan en que un elemento no funciona y tu mismo tenías tus propias dudas sobre ese elemento, cámbialo o elimínalo.

8. Estos siete puntos vuelven al inicio: piensa siempre en el lector.