Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


jueves, 26 de noviembre de 2009

CORRECCIÓN ANTECRÍTICA DE IGNATIUS REILLY

“Nunca antes me había interesado por la metodología naturalista”, afirma Germán Collado, alumno de segundo curso de Dirección de Escena de la RESAD (Real Escuela de Arte Dramático), lugar en dónde el próximo viernes 18 tendrá lugar la muestra de los trabajos de la especialidad de Dirección. Germán Collado presentará la escena final del acto primero de El Abanico de Lady Windermere, de Oscar Wilde. El joven estudiante de dirección considera interesante este texto porque, según sus palabras, “El qué dirán influye hasta tal punto en nuestras vidas que, a menudo, se convierte en más real que la verdad misma”.

El resultado al trabajar una metodología naturalista, ajena a la formación actoral de Germán Collado – basada en encontrar los personajes de fuera a dentro, es decir, construir el cuerpo para, de ahí, obtener la psicología -, ha sido muy interesante puesto que ahora el joven director tiene muchas más herramientas que enriquecen su escena.

En su proceso se ha elaborado una partitura de movimientos a partir de los sucesos iniciales de la escena para después hacer una reelaboración de dicha partitura haciendo crecer los sucesos iniciales; prosiguiendo con esta dinámica en los restantes ensayos una y otra vez con la finalidad de enriquecer los matices de la escena.

Germán Collado ha sido fiel al marco histórico de la obra, ambientando el montaje de la escena en la época victoriana, dentro del marco de la aristocracia del siglo diecinueve. Ha trabajado con dos alumnos de interpretación textual de la escuela – Cristina Salmerón y Jota Rodríguez – desde la metodología de Stanislavski/Layton. Todas las muestras se han realizado partiendo de la misma metodología.

Germán Collado afirma haber aprendido mucho en las 18 horas que ha trabajado con sus actores (Cristina Salmerón y Jota Rodríguez). “Cristina me ha enseñado mucho porque conocía muy bien esta técnica”.

A pesar del bagaje desigual existente entre sus dos actores, ha merecido la pena porque podemos asistir a un verdadero trabajo de equipo en el que director y actores han puesto en común sus conocimientos para, desde el respeto mutuo, poder sacar adelante este proyecto y enriquecer un espectáculo lleno de matices.