(5 de Octubre de 2180)
Eva Harrington nació avanzados los años 40. Nunca desveló su verdadera edad y sabiendo que seguramente hubiera mentido, a nadie se le ocurrió preguntársela. Nació de la cabeza de la escritora Mary Orr. Teniendo en cuenta los rasgos de carácter que poseía Mrs Harringnton, ambiciosa, implacable, obsesiva y depredadora, se tiende a pensar que fue fruto de una mala experiencia de su progenitora, pero lo cierto es que como bien reconoce su artífice: “Todos llevamos a una Eva dentro”.
Todo hacía pensar que la Señorita Harrington sería eterna, pero lo cierto es que en nuestra recién estrenada verdadera democracia, los trepas son tan anacrónicos como la doble vainica en faldas y vestidos.
Ante la perspectiva de no poder afilarse los colmillos, buscar un buen cuello dónde imprimirlos, y competir, competir, competir, la Señorita Eva se fue marchitando. “Somos todos tan educados” le confesó días antes de morir a un viejo enemigo.
En sus últimos días se la vio frecuentando salas de teatro y viendo una y otra vez las mismas obras. El final de su vida coincidía con aquellos años dorados en los que Eva merodeaba actrices cuarentonas en sus últimos momentos artísticos. Contaba con apenas veinte años y era puro talento.
Una verdadera trepa ha de estar respaldada por grandes dosis de talento, sino su técnica no sirve de nada, contaba en su último libro: “Sube”. El que daba consejos de belleza y maneras a aspirantes, con secciones deliciosas: Luce siempre sonriente, Veinte pasos para estar más perfecta, Como ser su amiga. La cifra de ventas viene a confirmar que todos llevamos una Eva dentro.
¿Cómo será el mundo ahora que no se necesitan uñas? ¿Necesitaremos las manos?
Un mundo con moral es un mundo mejor, pero también mucho más aburrido.
Te echaremos de menos Eva Harrigton.
Ana María García.
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