Esa cara, de Polly Stenham. Dirección: Pilar Massa. Intérpretes: Ivana Heredia, Ainhoa Santamaría, Antía González, Pilar Massa, Nacho Jiménez y Borja Elgea. Madrid, Círculo de Bellas Artes, Sala Fernando de Rojas. Estreno: 30 de marzo de 2009.
No es habitual que una joven de 19 años triunfe rotundamente en los escenarios londinenses como dramaturga. Pero sí lo es que el Royal Court, un teatro del centro de Londres con programación regular de marcado carácter contemporáneo, destine parte de sus fondos a un programa de talleres para jóvenes dramaturgos, foráneos o nacionales, de edades comprendidas entre 18 y 25 años. Gracias a estas actividades pudieron desarrollarse importantes autores para el reciente teatro occidental como Sarah Kane o Mark Ravenhill, y últimamente Polly Stenham, que estrenó en 2007 gracias al Royal Court su primera obra, Esa Cara y ahora mismo está a punto de poner en escena su tercera pieza.
A la hora de abordar temas tan escabrosos como la irresponsabilidad de los padres o la educación de los hijos, la dramaturga adopta una naturalidad demoledora. Al indagar en su biografía, se descubre que ella misma es hija de padres separados y fue recluida en un colegio interno. No guarda buen recuerdo de sus progenitores, a juzgar por lo malparados que salen los padres de la obra.
Mia, de 15 años de edad, interna en un colegio, junto con su amiga Izzy, rapta y maltrata a una chiquilla dos años menor, a la que previamente ha administrado varias pastillas de Valium que le ha robado a su madre. Es expulsada y se ve obligada a volver a casa, con su hermano Henry, tres años mayor, que ha dejado la universidad para cuidar de una madre alcoholizada y adicta a los tranquilizantes. Con la sexualidad a flor de piel, entre camisones y ropa desgarrada, madre e hijo pasan los días sin más aspiración que la de que dure la bebida o de que ella se mantenga lo suficientemente entretenida para no molestar demasiado. Pero cuando Mia llega, la madre se desestabiliza aún más, y tiene que intervenir el padre, ausente desde hace varios años. Los desencuentros familiares se van desarrollando con un lenguaje brutal (no del todo bien traducido), en una sucesión de escenas unidas por una música moderna a volumen considerable.
Salvo un par de momentos que se desarrollan en proscenio, la pieza transcurre en el dormitorio de la madre, incluso sobre la cama. Dos sillas que los personajes sacan en el momento necesario completan la escueta pero elocuente escenografía, en la que la actriz y gran emprendedora Pilar Massa, con su productora Prem Teatro decidió ubicar Esa cara tras asistir a una representación en Londres y quedar prendada de la fuerza del texto. Triunfa en su papel de directora de esta dificilísima función, y brilla en su interpretación de la madre siempre al borde del ataque de histeria, que sujeta con promesas de que todo va a cambiar a su hijo Henry, interpretado valientemente por Nacho Jiménez. Otra joven, Ivana Heredia, imprime un carácter adolescente a la inconsciente hija, aunque algo más juvenil que el de su compañera de fechorías, Izzy, interpretada por Ainhoa Santamaría. El resto del reparto lo componen la sufrida compañera maltratada, Antía Rodríguez, y el cobarde padre, Borja Elgea, quizá con poca edad para el papel. Hay una sutil pero perdonable diferencia en el estilo interpretativo de los jóvenes respecto a la directora, como si ellos poseyeran una frescura que ella no tiene, no tanto por la edad sino por pertenecer a escuelas distintas. Aún así, público y actores disfrutan de la función hasta el final.
Si alguna entidad española adoptara los compromisos con el teatro que desde hace casi dos décadas asume el Royal Court, quizá Pilar Massa no hubiera necesitado viajar a Londres para descubrir un texto tan bueno como este. Pero he ahí el dilema, si tuviéramos en España esas oportunidades, no habríamos podido disfrutar de Esa cara. Por si acaso, no nos la perdamos.
nico guau
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.