Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


lunes, 31 de enero de 2011

Exámenes de febrero


Es difícil imaginar un centro de exámenes con forma de sala de teatro, pero lo cierto es que para los alumnos de 4º de Dirección y Dramaturgia, las salas Valle Inclán y García Lorca de la RESAD, se convertirán a lo largo de este mes de febrero en su sala de examen. De la misma manera que un aspirante a conductor, los estudiantes que aspiran a salir al mercado laboral finalizando sus estudios, se juegan unos créditos más después de tres meses de prácticas, es decir, de ensayos.

La especialidad de Dirección abrió este ciclo de muestras con los trabajos de Romina Medina (Memorias de la cárcel) y Charo Santamaría (Roberto Zucco). Seguirán Aristeo Mora, con La fiesta del indio y Marian Monacu con Maese Manole. Aunque no es la primera vez que los directores muestran su trabajo ante el público, la posibilidad de mantener la función durante cinco días consecutivos ofrece una oportunidad única que apenas se da en el entorno académico. Un acercamiento al desarrollo de la profesión, con la presión, la crítica , la recurrente falta de ensayos y la ilusión, emoción inevitable en el desarrollo de una pasión. Todo ello calificable, eso sí.

A mediados de febrero comenzarán las representaciones de la especialidad de Dramaturgia. Los estudiantes mostrarán la puesta en escena de textos propios. El ciclo comenzará con las representaciones Nosotros los vivos de Saladina Jota y Un juego de adultos de Iñaki Oliver. Al día siguiente podremos ver La distancia más corta entre dos puntos es la muerte de Félix Estaire y El arte de desaparecer de Antonio Lafuente. Seguirán las muestras Susurros de la tierra de Alejandra Venturini, La casa púrpura de Diana Cristóbal, Aufhebung (suprimir para conservar) de Carlos Contreras y No haberte muerto, escrito y dirigido por Ricardo Salamanca. Terminará el examen con Neverending Charo de Sandra Dominique y Doce más uno de Javier Pastor.

El afán del dramaturgo por hallar su propio lenguaje encuentra en la puesta en escena el resultado de su trabajo. Es una lástima que los alumnos de esta promoción sólo cuenten con un día de representación. El resultado en un examen único, en el que apenas podrán invitar a sus abuelos.

Se nos ofrece una ocasión única, y nunca mejor dicho teniendo en cuenta el número de representaciones, de sentarnos en el asiento trasero del coche de los alumnos que muestran sus trabajos fin de carrera, mientras hacen sus exámenes. Es inevitable pensar que se tratará de un cúmulo de buenas intenciones y resultados de investigaciones que a lo mejor aún están por empezar. Esfuerzo, años de estudio y muchas horas de dedicación. No desaprovechemos la ocasión de conocer lo que esperemos sea un futuro teatro, que eso sí que no depende de un examen.
Jerónimo Jimeno

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