Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


domingo, 16 de enero de 2011

Calderón enamorado



Dirección: José Maya. Dramaturgia: José María Ruano de la Haza. Reparto: José Bustos, Álex Tormo, Alicia González y Cristina Palomo. Música en directo: Tony Madigan. Ambientación y Producción: Teresa Valentín-Gamazo. Figurines Siglo XVII: Guadalupe Estévez. Realización Vestuario: Ana Díaz. Iluminación: Pablo Jaenicke. Fotografía: Manuel Benito, Alicia González.

La inexperiencia en el amor, los celos, la infidelidad y los enredos –todo ello inspirado en las obras de Calderón de la Barca- conforman la obra “Calderón enamorado”. Un texto del dramaturgo José María Ruano de la Haza, Catedrático de Literatura Española en la Universidad de Ottawa (Canadá) y considerado como uno de los mayores expertos en la obra de Calderón. Dirigido por José Maya, se estrenó el sábado 15 de enero en La Guindalera.

El autor parte de la idea de que apenas se sabe nada de la vida íntima del dramaturgo del Siglo de Oro, e inventa una trama basada en la inexperiencia de Calderón en el amor, basándose en fragmentos y situaciones reflejadas en sus obras.
Refleja también el Madrid y las costumbres de la época, todo ello siguiendo el modelo de las comedias de enredo.

El director, José Maya, crea una coreografía que acentúa la sensación de enredo. Son cuatro actores/narradores que dan vida a cuatro personajes. La escenografía se construye con cuatro sillas, y el cambio de narrador a personaje, o de personaje a narrador se apoya en el vestuario.

Alex Tormo destaca sobre los demás actores, por su gestualidad, su dicción y su seguridad, aunque Alicia González tampoco deja indiferente.

El trabajo de Tony Madigan es maravilloso, tocando dos instrumentos y participando en algunos de los gags más graciosos de la obra.

Tienen mucha fuerza las escenas de enredo. Son escenas ágiles, en las que los actores están en tensión y manejan el espacio con elegancia. El juego entre Calderón que se debate entre Doña Ana y Flérida, da pie a escenas fuertes. La escena del principio y la del final, en las que los actores son narradores, pierden mucha fuerza y se nota hasta en la dicción.

La propuesta es buena, pero da la impresión de que se ha quedado a medio camino, podría haberse jugado más con la idea de mostrar a un Calderón desenfadado. A pesar de esto, es una reconstrucción que resulta verosímil y que nos acerca a las posibles historias de amor, de celos y de pasión que dieron pie a su poesía.



Aphrax K.

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