Sola en el bosque escrita y dirigida por Silvina Rodríguez
Dirección: María Robín
Madrid, La Usina. Estreno ¿?
¿A que mujer en sus cabales se le ocurre vivir sola en el bosque? Esta premisa es el motor de arranque de la otra historia de Caperucita. En esta ocasión el cuento se convierte en testimonio, pues no existe narrador, si no testigos directos de ciertos momentos en la vida de Caperucita. La archiconocida chiquilla del cuento, ya adulta, ha muerto en terribles circunstancias, sin haberse resuelto todavía quién o quienes fueron sus verdaderos asesinos.
Sola en el bosque es un espectáculo unipersonal conducido por la actriz y dramaturga Silvina Rodríguez, que interpreta a cuatro personajes, caracterizados por el uso de sus zapatos. Los mismos que encarnan a los personajes también son utilizados como la convención de un teatro de objetos. Es mediante unos zapatos rojos el único momento en que Caperucita se haya presente, a partir de un flashback en primera persona. Desde Cloe Clifford, intima amiga de Caperucita, a una Conferenciante que reflexiona sobre el sentido de la tragedia, Silvina Rodríguez se mueve en el terreno de una ficción concreta, así como de la tesis que extrae sobre ésta. Es así como la obra avanza entre la inmersión y el distanciamiento. Tiene lugar incluso la disertación como actriz acerca de las diferentes teorías y técnicas actorales de Strasberg o Meyerhold, por ejemplo.
Como actriz, en escena, Sivina Rodríguez es a su vez otras y es ella misma, pues los roles que ha creado parten de sus propias obsesiones. La actriz encarna a los diferentes personajes desde su más íntima angustia vital, sin por ello dejar de emanar su peculiar vis cómica. Silvina muestra el sentido de la comedia que nace desde el drama; desde su propio dolor. Sola en el bosque es ambas cosas a la vez: pura comedia y oscuro drama. Una fusión que nace desde una ironía fecundada en el padecimiento. Es, en otras palabras, un clown del cual, sus serias circunstancias se convierten en risas para el espectador.
Es a partir de cierto momento de la obra que los personajes pierden su protagonismo para ser uno sólo. Esta es la actriz misma que se sale de la obra dando cuenta al público sobre sus propias inseguridades, valiéndose del metateatro y la purga psicoanalítica. Aparte de una comedia policiaca, Sola en el bosque es un espectáculo sincero en el que Silvina Rodríguez se desnuda regalándonos una preciosa confesión, además de alguna otra sorpresa.
Aunque se trate de un espectáculo unipersonal de corta duración, no conviene calificarlo de escaso, sino más bien al contrario. Es quizás la sala que acoge esta obra la que, por diferentes cuestiones de iluminación y aclimatamiento sonoro, no contribuye al lucimiento de los montajes que programa.
Sola en el bosque, con la única compañía de sus zapatos, permanecerá en cartel hasta el 28 de enero.
Dirección: María Robín
Madrid, La Usina. Estreno ¿?
¿A que mujer en sus cabales se le ocurre vivir sola en el bosque? Esta premisa es el motor de arranque de la otra historia de Caperucita. En esta ocasión el cuento se convierte en testimonio, pues no existe narrador, si no testigos directos de ciertos momentos en la vida de Caperucita. La archiconocida chiquilla del cuento, ya adulta, ha muerto en terribles circunstancias, sin haberse resuelto todavía quién o quienes fueron sus verdaderos asesinos.
Sola en el bosque es un espectáculo unipersonal conducido por la actriz y dramaturga Silvina Rodríguez, que interpreta a cuatro personajes, caracterizados por el uso de sus zapatos. Los mismos que encarnan a los personajes también son utilizados como la convención de un teatro de objetos. Es mediante unos zapatos rojos el único momento en que Caperucita se haya presente, a partir de un flashback en primera persona. Desde Cloe Clifford, intima amiga de Caperucita, a una Conferenciante que reflexiona sobre el sentido de la tragedia, Silvina Rodríguez se mueve en el terreno de una ficción concreta, así como de la tesis que extrae sobre ésta. Es así como la obra avanza entre la inmersión y el distanciamiento. Tiene lugar incluso la disertación como actriz acerca de las diferentes teorías y técnicas actorales de Strasberg o Meyerhold, por ejemplo.
Como actriz, en escena, Sivina Rodríguez es a su vez otras y es ella misma, pues los roles que ha creado parten de sus propias obsesiones. La actriz encarna a los diferentes personajes desde su más íntima angustia vital, sin por ello dejar de emanar su peculiar vis cómica. Silvina muestra el sentido de la comedia que nace desde el drama; desde su propio dolor. Sola en el bosque es ambas cosas a la vez: pura comedia y oscuro drama. Una fusión que nace desde una ironía fecundada en el padecimiento. Es, en otras palabras, un clown del cual, sus serias circunstancias se convierten en risas para el espectador.
Es a partir de cierto momento de la obra que los personajes pierden su protagonismo para ser uno sólo. Esta es la actriz misma que se sale de la obra dando cuenta al público sobre sus propias inseguridades, valiéndose del metateatro y la purga psicoanalítica. Aparte de una comedia policiaca, Sola en el bosque es un espectáculo sincero en el que Silvina Rodríguez se desnuda regalándonos una preciosa confesión, además de alguna otra sorpresa.
Aunque se trate de un espectáculo unipersonal de corta duración, no conviene calificarlo de escaso, sino más bien al contrario. Es quizás la sala que acoge esta obra la que, por diferentes cuestiones de iluminación y aclimatamiento sonoro, no contribuye al lucimiento de los montajes que programa.
Sola en el bosque, con la única compañía de sus zapatos, permanecerá en cartel hasta el 28 de enero.
MÁXIMO CRECIENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.