Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


jueves, 13 de enero de 2011

El show de Juanito Navarro

Era madrileño y había debutado en 1945 con 21 años, en la zarzuela La blanca doble, haciéndonos reír, lo que mejor sabía. Y lo consiguió en diversas compañías de revistas, de pueblo en pueblo, junto a las famosas vedetes de la época. Poco después, en 1958, decidió lanzarse a la aventura empresarial, que le duró poco tiempo, pues al año siguiente trabajaba ya para otros productores en teatros de la capital, junto a una jovencísima Lina Morgan, por ejemplo. En 1962 fue contratado por Tony Leblanc, junto a Antonio Casal, o la vedette Addy Ventura, e interviene en dos revistas escritas por el mismo Leblanc. Al caer éste último enfermo, la compañía fue comprada por el empresario Colsada, que dirigía el teatro La Latina, en Madrid. Allí, junto a los dichos y a Lina Morgan, participó en los reestrenos de varias obras que habían tenido bastante éxito en Barcelona en manos de Queta Claver o de Quique Camoiras. Tras una separación eventual de Lina Morgan, volvió con ella al teatro La Latina (gracias a un programa de televisión), para trabajar a razón de 6 meses en la capital, y 6 meses en provincias. La experiencia fue todo un éxito, pero a los 10 años Colsada decidió no contratar más a Lina. Las sustitutas fueron muchas y variadas, desde Rafaela Aparicio a Paloma Hurtado, incluso a principios de los 80 la emergente Bibi Andersen, pero para entonces Juanito ya había formado una compañía propia (con sede en el Teatro Calderón de Madrid), con la que recorrería España junto a otro cómico, Simón Cabido (Doña Cocleta y Don Ciruelo), y posteriormente junto a Antonio Ozores. La relación artística con estos dos cómicos continuó en televisión, sobre todo junto al segundo, en el programa Un, dos, tres. En los años 90 continuó en la revista, y en los 2000 en obras de más o menos éxito, como La novia del príncipe. También probó la aventura de estar solo en escena, con El show de Juanito Navarro. Pero tras esta tentativa algo infructuosa, volvió a formar un dúo cómico, en esta ocasión con Quique Camoiras, pero debido a la edad de ambos, la gira no llegó a tantas plazas como en sus buenas épocas.

El domingo pasado fue al campo de fútbol a vitorear a su equipo favorito, el real Madrid, del que era socio desde pequeño, siendo poseedor de un carnet con uno de los números más bajos. Por la noche se acostó y ya no se pudo levantar más para hacernos reír. Pero nos dejó su humor en algunos Estudios 1 (grabaciones de teatro en televisión), en los diálogos con Ozores del Un, dos tres, o incluso en algún vinilo junto a Lina Morgan; pero sobre todo queda su recuerdo sobre los escenarios, en el directo, cara a cara, frente al auditorio, en aquellos teatros madrileños o de provincias donde estaban sentados nuestros padres, nuestros abuelos, riendo sin parar.

nico guau

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