Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


martes, 25 de enero de 2011

Desconsolados


Un gran porcentaje de la gente que me rodea llora desconsoladamente desde hace un par de semanas. Entablas una conversación con ellos, y de repente se emocionan. No pueden evitarlo. Cuando llegan al salón después de comer, y encienden el televisor, por ejemplo. O cuando se disponen a descansar tras un duro día de trabajo. Se deshacen en un mar de lágrimas. Al levantarse el domingo por la mañana se sienten desesperados porque notan que algo falta en su vida. Un vacío irrecuperable les invade. Viven el día a día con el aire atormentado del que ha perdido lo más importante, lo más sagrado, y saben que esa pérdida es... No tienen palabras para describirla. Por nada lo podrán sustituir. Pobrecillos, da una congoja verlos tan profundamente tristes. Vagan errantes pidiendo comprensión por parques y jardines. Crean grupos en Internet para ayudarse mutuamente. Acuden a terapias. Se tatúan la frente... Menudo es este mundo, me digo a veces. Y también me pregunto cómo es posible que tanta gente experimente un dolor tan hondo que ni si quiera se manifestó cuando dijimos adiós a nuestra folklorica más famosa, por ejemplo. No, es más que todo aquello, es como si el sol no saliera nunca más, como si el agua del mar se negara a darnos alimento para nuestra subsistencia, como si las vacas decidieran ponerse en huelga y no producir una sola gota de leche más, y así hasta que la humanidad se extinguiese. Cuando uno le ha dedicado tanto tiempo a algo o a alguien, y ese algo o alguien falta... Es lógico. Es una pérdida tan atroz... Ellos no hacían otra cosa. Cada momento de su vida estaban acompañados por ella. Y ella ya no está.

Verdaderamente me arrepiento. Me arrepiento tanto de no haber visto ni una sola vez la mejor cadena televisiva de la historia de las ondas. No sé cómo he podido sobrevivir tanto tiempo sin la CNN+. Ni una sola vez. Con razón iba yo sin rumbo. Así me encontraba tan desganado. Por eso todos eran felices menos yo.

Que no me vuelva a pasar algo así, pido por favor a los hados. Qué tonto fui. ¿Por qué no pude disfrutar de ella mientras existió?

nico guau

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