Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


jueves, 6 de mayo de 2010

El lanzamiento de chochos

Era un soleado lunes de finales de Abril. La plaza de Mora, un pequeño pueblo situado cerca de Toledo, se encontraba atestada de gente. En realidad, la gran mayoría se concentraba bajo una carpa gigante. Estaban tras unas vallas que protegían lo que parecía ser una pista preparada para un salto de longitud. Eso sí, sin arena. Lo que mis ojos contemplaban en realidad era un “chochódromo”. Una pista preparada para recibir el lanzamiento de chochos. Sí. Iba a asistir al “IX Concurso de Lanzamiento de Chochos”. Así, como suena. Para quien no conozca el significado que la palabra chocho tiene para los morachos, esta curiosa actividad puede dar lugar a confusión. ¿Lanzamiento de qué? ¿Chochos? ¿He oído bien? O como me dijo un amigo al hablarle del concurso: “Espero que el chocho sea un queso manchego, o nunca podré quitarme esta imagen de la cabeza”. Y no, el chocho no es un queso manchego, sino el hueso de las aceitunas. Lo único que los participantes tienen que hacer es comerse una aceituna y escupir el chocho con todas sus fuerzas. Escupir sin pisar la línea. Es como el lanzamiento de disco. Pero en lugar de una fuerza prodigiosa, lo que se necesita son unos potentes pulmones. Y la inteligencia necesaria como para no tragarse el chocho al tomar aire para escupir. Aquí participan todos: niños, hombres y mujeres. Incluso algún que otro abuelo apoyado en su bastón. Y el alcalde. Y los reporteros que vienen a grabar tan curiosa actividad. Lo mejor de todo es el premio. Quien consiga lanzar su chocho más lejos se lleva un preciado trofeo. El Chocho de Oro. ¿Y cómo no ser feliz luciendo en la estantería semejante orgullo? Yo he comenzado a entrenar para el décimo concurso. Ya he reservado un hueco junto al trofeo que gané en el XIII Concurso de Migas. Pero esa ya es otra historia.

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