El 3 de febrero de 2010, en el teatro María Guerrero de Madrid, tuvo lugar "un acontecimiento teatral de primer orden", según palabras de Gerardo Vera, director del Centro Dramático Nacional y anfitrión del acto. Vera se refería al encuentro con el público del dramaturgo británico Tom Stoppard, con motivo de la presentación de su trilogía La costa de la utopía, recientemente publicada en castellano por el Ministerio de Cultura.
La primera parte, tras el debido homenaje al autor por boca de Vera, consistió en una lectura a cargo del periodista Marcos Ordoñez, de un artículo propio que narraba su primer encuentro con la obra trilogía publicada.
A continuación Stoppard, de 76 años de edad, dio algunas claves de su actividad teatral, haciendo notar que ese encuentro con el público asistente tenía lugar sobre el escenario en que se estaba representado otra obra suya, traducida como Realidad, y estrenada hacía pocos días. Comenzaba por aclarar que los autores no tenían por costumbre mediar entre la obra y el público potencial de la misma, y que por tanto prefería que fuera el espectador el que la juzgara cuando la viera representada. (La puesta en escena en España de La costa de la utopía había sido anunciada poco antes por Vera para la temporada 2010/11.) Stoppard señaló que él no era de los autores que comienzan a escribir con una idea clara y unos principios concretos a desarrollar, y por ello no sabía tanto de su obra como se podía suponer. Un poco más tarde aclaró que toda la información que va acumulando en su cabeza sobre el tema en concreto en que está trabajando, desaparece en cuanto la pieza queda terminada. Por tanto, y casi 10 años después del estreno del texto recién publicado, le iba a ser difícil recordar con toda fidelidad cualquier dato concreto sobre la historia tratada en la trilogía.
Continuó hablando de los personajes principales de la obra, y de las tres partes (Viaje, Naufragio y Rescate), y concluyó con el que era para él el tema principal del texto: el deseo humano de la utopía, y la búsqueda de una sociedad ideal, de una sociedad justa.
Terminada su exposición llegó el turno de preguntas, en el que el invitado pudo aclarar a los asistentes algunos matices de su explicación anterior, refiriéndose por ejemplo a que la trilogía, contra lo que se pudiera pensar por lo dicho anteriormente, no consistía en 8 horas de discurso filosófico. O de nuevo, refiriéndose al tema de documentarse antes de escribir, concluyó el acto y respondió a un espectador con una rotunda frase: "Yo sólo soy un autor dramático, no soy un experto en todas las cosas sobre las que escribo."
nico guau
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.