Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


sábado, 26 de marzo de 2011

Bando Real


Había una vez un mundo maravilloso gobernado por el rey Teatro. Era un rey maravilloso, como su mundo, con cantidad de súbditos y consejeros. Trabajaban para él la maga Música, el gobernador Pintura, el recién llegado Arquitectura, la dama de la Danza, el viejo y sabio Literatura y un montón de ayudantes más. En realidad el rey Teatro era un rey muy generoso que permitía que cualquiera que quisiese, participase del gobierno de su país. Y nunca, nunca, nunca despreciaba las aportaciones que cualquiera de sus ya amigos pudieran hacerle para conseguir que el mundo que reinaba fuese más y más maravilloso.



El único problema que existía en ese país es que los habitantes no pensaban del gobierno lo mismo que su monarca y se mantenían alejados de la actividad del rey Teatro. Eso hacía pensar en palacio que el reinado estaba llegando a su fin. Lo único que podía mantener a Teatro en su trono era la cantidad de aplausos. Y cada vez había menos aplausos. La población mantenía silencios, a veces silbaba y lo peor de todo, empezaba a emigrar a países mucho menos maravillosos como Parque de Atracciones o Centro Comercial.



Entonces el rey Teatro empezó a buscar soluciones. Porque durante mucho tiempo su mundo sí fue maravilloso de verdad. Recordaba con añoranza la época en la que los habitantes del país aplaudían a rabiar incondicionalmente, desde el fondo de su corazón. Con ese recuerdo en mente, el monarca reunió a sus consejeros para hacerlos partícipes de sus inquietudes. Incluso convocaron a antiguos enemigos como Cine, porque sus aportaciones eran inestimables. El rey creía fielmente que juntos lograrían que todo volviese a ser como antes. Y se pusieron manos a la obra.



Durante muchos, muchos años el monarca ha estado librando la batalla contra el silencio, haciendo de esa lucha el relato de su Historia. Ese mundo maravilloso gobernado por el rey Teatro sigue intentando que se oigan en su país aplausos surgidos desde el fondo del corazón. Y cada vez que resuena alguno, o que se oye el eco en las montañas, el rey coge más fuerzas para seguir gobernando. Eso hace saber a los habitantes que no cesará nunca en su empresa, manteniendo a los súbditos con las palmas preparadas. Así que colorín colorado, el telón aún no ha bajado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.