“No hay que temerle a la felicidad, pues no existe.”
Michel Houellebecq. Controvertido novelista y poeta francés. Es conocido fundamentalmente por la desgarrada visión de la humanidad que refleja en sus novelas (Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales, Plataforma, etc.). En ellas encontramos un sexo explícito y deshumanizado que se explica en la soledad en la que se encuentran sus personajes. Esta actitud vital va más allá del nihilismo, en tanto que no son personajes que se destruyan sino que llevan la existencia como una carga pesada sobre los hombros. Detrás de ésto, encontramos en Houellebecq una crítica feroz al sistema neoliberal en el que ya no caben las emociones porque incluso el amor se ha vuelto una moneda de cambio -en este sentido, conecta con visionarios hoy clásicos de la ciencia ficción, como A. Huxley -.
A partir de una escritura provocativa, Houellebecq se ha puesto en punto de mira en gran parte del mundo. Sus novelas han sido adaptadas al cine y al teatro. Con su última novela, La posibilidad de una isla ha ganado el premio Interalié.
Nace el 26 de febrero de 1958 en La Réunion, en el seno de una familia desestructurada. Hace uso de biografía en sus novelas. Por ejemplo, en Las partículas elementales nos muestra a una madre de Mayo del 68, que se deshace en cuanto puede de sus hijos. En la realidad, su padre, guía de alta montaña, y su madre, médico anestesista, pronto se desinteresan de su existencia y confían a él y a su hermana a su abuela paterna, comunista, de la que adopta el nombre como seudónimo. Es internado en el Liceo de Meaux durante siete años. Su abuela muere en 1978.
En 1980, obtiene su diploma de ingeniero agrónomo. El mismo año se casa con la hermana de un compañero. Su hijo Etienne nace en 1981. Se divorcia. Una depresión lo lleva a internarse varias veces en "medio psiquiátrico".
En el año 2002, Fernando Arrabal declara ante Tribunal Correctionnel del Palacio de Justicia de París, defendiendo a Houellebecq del delito de blasfemia. Compara esta acusación con la suya propia durante el franquismo – por la cual fue a la cárcel –. Ante el jurado, repite la frase que Samuel Beckett enunció en su día para defenderle a él: "Es mucho lo que tiene que sufrir el poeta para escribir, señores jueces, no añadan nada a su propio dolor."
Ignatius Reilly
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