Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


miércoles, 14 de abril de 2010

Gracias Doctor

Desde hace un mes, el público jazzístico de todas partes, se pregunta por el estado de salud de un espectador del pasado Festival de Jazz de Sigüenza. Ocurrió el cuatro de febrero. A las diez de la noche, después de una de sus acaloradas sesiones de free jazz, el auditorio de la Ermita de San Roque se ponía en pie para vitorear al conocido saxofonista Larry Och,. Pero no todos los espectadores aplaudían.

De entre ellos, uno comenzó a encontrarse indispuesto; y dado que conocía la causa de su malestar, tomó medidas al respecto. Con un notable aturdimiento, se dirigió al cuartel de la Guardia Civil, donde redactó una denuncia contra el afamado saxofonista ; ya que según él, había ido a escuchar un concierto de jazz, y lo que oyó fue música contemporánea. La cual, tenía “contraindicada por prescripción médica”. Nadie ha vuelto a saber de él ni del proceso de la denuncia, pero figuras como Wynton Marsalis se han adelantado a enjuiciar el acontecimiento. Por su parte, Marsalis, un respetado y alabado defensor de las estructuras y el compromiso que supone el jazz clásico frente al relativismo del porque si o porque no de músicas como la contemporánea; ha decidido regalar toda su discografía firmada, al todavía anónimo denunciante de Ochs.

Por qué un médico prohíbe por razones de salud un tipo de música, al parecer inofensiva. Después de haber estado uno enfermo por virus, bacterias... he detectado otra de las causas que me ha producido distintas sintomatologías: la incomprensión. Hoy en día, sea uno espectador o practicante de música, pintura, teatro, literatura, arquitectura y demás. Se encuentra con un panorama en el que por mucho que se rasque el palimpsesto, no encontrará motivos o ideas honestas que sustenten el espectáculo sin razón que con frecuencia ocurre en nuestros tiempos. Con hacer sonar notas unas detrás de otras, no se produce música, con tomar fotografías de la compra de la semana, no se debería estar en un museo junto a Sisley o Caravaggio. Discúlpenme, pero por mucho que quiera, no puedo entenderlo. ¿Será mi incapacidad, mi rigidez o mi entusiasmo?. No, pero: ¿Dónde está el límite Doctor?.

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