Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


viernes, 31 de diciembre de 2010

OJOS QUE NO VEN... (Crítica Biutiful)

Dirección: Alejandro González Iñarritu
Interpretes: Javier Bardem, Maricel Álvarez, Diaryatou Daff, Cheng Tai Shen, Luo Jin, Guillermo Estrella
Guión: Alejandro González Iñarritu, Armando Bo, Nicolas Giacobone
Fotografía: Rodrigo Prieto
Música: Gustavo Santaolalla
Productora: Menageatroz, Ikiru Films
Género: Drama
Nacionalidad: España, Méjico
Duración: 147 minutos
Estreno: 3/12/2010

Para contemplar la belleza hay que tener los ojos bien abiertos, porque puede encontrarse escondida detrás de las ortigas.
Biutiful es una historia sobre realidades a las que las sociedades del primer mundo permanecemos indiferentes; de los gritos que se vuelven silenciosos a nuestros oídos sordos y las lágrimas invisibles a nuestros ciegos ojos. Miramos hacia el televisor, indiferentes, las noticias de países lejanos. Tal vez dejamos salir un leve suspiro casi imperceptible y olvidamos lo que hemos visto al pasar a la siguiente noticia. En nuestras propias calles, todo ocurre a tiempo real, oculto a nuestros ojos. El tercer mundo esta al otro lado de la pared. También la muerte.

En esta producción confluye el trabajo de tres grandes talentos en diferentes disciplinas, dando lugar a un resultado homogéneo y diferenciador. Estos talentos son el director y guionista Alejandro González Iñárritu, el actor Javier Bardem y el músico Gustavo Santaolalla. Los tres plasman en su composición un largo adagio impresionista. Un ritmo constante entre la compresión y la descompresión; fluidez de las sensaciones para luego volverlas a contener en el distanciamiento. De la misma manera los sonidos también son intimistas, como lo es el latir de los protagonistas en sus abrazos, que registran por un micrófono pegado al pecho, el roce de las ropas y la pulsión del corazón. Dice mucho de esta percepción impresionista que el mismo Director confiesa haberse topado con el germen la historia acto seguido a escuchar el “Concierto para piano en Sol Mayor de Ravel”.
Iñaritu demuestra una vez más que no sólo es buen guionista. Es también un hombre de cine; un cineasta con nombre propio; un artista con un conocimiento real sobre el medio, tocado por una intuición y sabiduría de la que muy pocos están verdaderamente dotados. En sus películas, y sobre todo en las dos últimas, se encuentra manifiesto su conocimiento sobre los mecanismos narrativos y visuales.
Iñaritu, viajante desde su juventud, es un eterno inmigrante que navega entre lo extraordinario y lo puramente íntimo. En Babel unía en la misma historia dos continentes, cuatro países lejanos, cuatro culturas, cuatro lenguas distintas. Cansado de la empresa que supuso este rodaje, en Biutiful rescata los mundos remotos y añade el de la muerte, llevándolos a lo local y centrados en un solo personaje que es el hilo conductor.

Biutiful es una tragedia intimista, condensada mediante innumerables planos cortos que transportan al interior del personaje. Posiblemente la inserción de planos generales sean utilizados para fotografiar la multitud de personas inmigrantes que sufren los efectos desiguales de un paraíso inexistente. Tal es el caso del plano en el que yacen los cuerpos de los inmigrantes chinos esparcidos a los largo de una de las playas de Barcelona. Una panorámica de cadáveres en el campo de una silenciosa batalla así como de la persecución de los que tan sólo quieren sobrevivir.
En Biutiful podemos ver una sociedad que explota a los que vienen de lejos, pero también a los suyos, tanto en lugares remotos como dentro de su propio país (algo de lo que no estamos tan alejados en España). Este es el caso de la emergente economía china en el mundo global.

El personaje de Uxbal, encarnado con maestría por Javier Bardem, es un inmigrante en su propio país, como otros tantos llamados “charnegos”. Uxbal es a su vez victima y verdugo, buen samaritano y explotador, un intermediario que oscila entre la vida y la muerte, entre lo cotidiano y lo sobrenatural, un rey local siempre tocado por la marginalidad. Uxbal es, en esta historia, la conexión con los mundos de los que occidente o el primer mundo no quiere saber.

El primer mundo, cada vez más, engloba sociedades de fríos tanatorios que no vela a sus muertos. Individuos que se tapan los ojos en un hospital ante la presencia de la sangre y los abre de par en par en la sala oscura ante un film de terror y vísceras. La muerte y la miseria se vuelven aceptables si son tratadas como espectáculo, detrás del cristal o la barrera.
En Biutiful podemos encontrar escenas de una angustia tal que superan al vacío de las tantas producciones del género de terror. El contacto con la muerte es en cierto momento del metraje, terrorífico a la vez que emocional y mágico. Una mezcla de sensaciones por las que ya vale la pena ver el film.

Es posible que castigar a personajes trágicos con una enfermedad como el cáncer sea un recurso bastante utilizado en nuestros tiempos. Pese a todo, en esta historia no de habla del cáncer, ya que no se menciona en ningún momento, sino de la enfermedad de la sociedad. El padecimiento del personaje de Uxbal es un viaje hacia la muerte a ritmo de réquiem, camino de la redención.



MÁXIMO CRECIENTE

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