Blog de la asignatura Crítica Teatral 2

impartida por Juan Antonio Vizcaíno


domingo, 12 de diciembre de 2010

UNA VIDA AZAROSA PARA UN MONTAJE MEDIDO

“Total libertad”. Es lo que el director del Teatro Español Mario Gas ofreció a Josep María Flotats, un gran hombre de teatro con solvente trayectoria, para la elección de su montaje. Los elementos resultantes son un biopic, dos grandes dramaturgos, el teatro dentro del teatro y un gran reparto.

Con Beaumarchais asistimos a un montaje en el que convergen tres hombres de la escena. De esta manera Flotats hace carambola uniendo su prestigiosa trayectoria a la de dos hombres del teatro, llevando así a escena la obra póstuma del dramaturgo Sacha Guitry sobre la vida del controvertido Beaumarchais; ambos con numerosos paralelismos en su vida social y creativa.

“Libertad” para elegir un texto que nunca llegó a ser estrenado e “independencia” para dirigirlo e interpretarlo como Guitry solía hacer con sus `propias obras. Libertad e independencia son a su vez dos de las máximas sobre las que se proyectó la vida del polifacético Beaumarchais. Ideas que mediante su mordacidad e ironía supo plasmar en sus dos más famosas obras: “El barbero de Sevilla” y “Las bodas de Fígaro”, por las que continúa siendo recordado como dramaturgo. Dentro de estos textos se hallaban el germen de lo que, años más tarde daría lugar a la revolución francesa y americana.

A modo de comedia, la obra de Guitry es una pasarela por la que desfilan personajes históricos; un museo de cera viviente compuesto por viñetas en las que se plasman escenas ficcionales que pudieron tener lugar en la fragua de los relevantes cambios que tuvieron lugar en la vida política e histórica de Francia y Estados Unidos.
Si bien por una parte resulta curioso ver aparecer a tantos personajes reconocibles como si de un parque temático se tratara, la estructura dramática queda empobrecida debido a la carencia de unión y acción en las escenas.

Con el trabajo de Flotats, esa libertad que le fue otorgada queda mermada en el resultado, ya que queda la sensación de estar viendo un montaje muy costoso y cuidado para una puesta en escena poco arriesgada. Cuidado en lo que al impecable reparto se refiere; poco arriesgado al avalarse con conocidos profesionales del teatro para reducir riesgos. Tales profesionales son los pícolos italianos : Ezio Frigerio, que en esta ocasión se ha valido de simples y llanas proyecciones de las imágenes tomadas por el fotográfo Mássimo Listri sobre un escenario casi desnudo a modo de los telones pintados que ambientaban las escenas en la Commedia dell’arte y el esmerado vestuario de Franca Squarciapino.

Podría considerarse que Beaumarchais es una comedia donde, aunque se encuentran dosis de fina ironía, no existen situaciones cómicas. Es en la dirección de los actores donde puede hallarse la comicidad. De los treinta y dos interpretes que dan vida a más de sesenta personajes cabe destacar la interpretación del propio Flotats, que caracteriza al personaje de Beaumarchais con un tono entre la frivolidad, el refinamiento y la burla de un secundario de revista, así como el trabajo de María Adánez, Raúl Arévalo con el ambiguo y Caballero d’Eon en una de las mejores y cómicas escenas de la obra y Constantino Romero en el Papel de Benjamin Franklin en otra gran escena de juego idiomático.

Con todo merece la pena asistir a la dramatización de la vida de unos de los hombres más envidiados, admirados y odiados de su época y la suma de la encarnación de otros tantos personajes que tuvieron relación directa o indirecta con Beaucharchais.

Beaumarchais de Sacha Guitry.
Dirección de Josep Maria Flotats.
Teatro Español de Madrid. Hasta el 23 de enero de 2011.


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